Porque debemos participar en la actividad politica?

Porque debemos participar en la actividad política?


 Por Lic. Lorenzo Bencosme.

Es momento propicio para los hombres y mujeres con visión clara, con conceptos definidos del mundo y de la vida, de buena voluntad y con buena Fe, asumir el compromiso histórico, participar de manera activa y decidida en el proceso político de la Republica Dominicana para desplazar a los indignos politiqueros de la actividad más noble y brillante en la entraña misma de la Sociedad Dominicana. Siempre he creído y sostenido con claridad que no se trata de desplazar viejos por jóvenes, ni que las mujeres reemplacen los hombres y que tomen el mando, ni es un problema de reemplazo generacional. De lo que se trata es, sin importar la edad, se tenga vocación de servicios, la sana disposición y la capacidad de asimilar los cambios, las innovaciones, las novedades y estar actualizado.
La clase política se ha ido desacreditando y poco a poco perdiendo la representación y la credibilidad. Podemos observar que la mayoría de sus líderes no se preocupan por darles participación y oportunidades a nuevas caras y a gente joven para liderar, como por ejemplo en los Partidos tradicionales del sistema, las cúpulas no se han preocupado por abrirles paso a meritorios militantes de larga trayectoria dentro del Partido, ni por formar líderes jóvenes, siempre se mantienen controlando las posiciones importantes en las estructuras jerárquicas de dichas organizaciones partidarias para garantizarse las cuotas de poder, estos antiguos y desfasados dirigentes no se dan por vencidos, ni se jubilan porque persiguen ocupar cargos políticos en el gobierno ya sean Congresistas, Ministros o algunas Instituciones Importantes del Estado para acumular riquezas y poder.
En ese mismo orden, los principales líderes creen que los Partidos son patrimonios personales o de Familiares y los manipulan como si estos fueran empresas corporativas. Imponen a sus hijos e hijas como los herederos de las posiciones importantes dentro del Partido y además, sin ningún sacrificio disponen de los cargos en el gobierno como si fueran dueños o los únicos meritorios.
Sin importar consecuencias, los cabecillas de grupos o facciones, a lo interior de un determinado Partido se enfrentan muy ferozmente por controlar la Dirección Central o Ejecutiva del Partido y a causa de estas confrontaciones la militancia se va desarticulando hasta que el Partido pierde fuerza en la militancia, también en la población y la representación en el Congreso Nacional, como en los Municipios. Los Partidos, al disminuirse y debilitarse, han tenido que juntarse con otros partidos para formular alianza, uno para lograr el poder y otros para participar, tener representación en el área congresual, municipal  y mantenerse como organización legalizada y financiada con los recursos del Presupuesto Nacional.
El PLD, el cual está en el poder, se ha convertido en una agrupación política-corporativa con buena gerencia para el buen ejercicio de la acumulación de riqueza, con una imagen muy negativa generada del mal uso que hacen de los recursos del Estado y con los escándalos de corrupción que se han producido y quedan impunes gracias al fuerte control que tienen de los poderes del Estado en perjuicio del interés de una población sumida en la limitación y la inseguridad.
Esta agrupación, en el pasado, con el gran Líder a la cabeza, Profesor Juan Bosch, si se preocupaba por darle formación política a toda su militancia, especialmente a los jóvenes, su problema ahora es que están desviados de su origen, de los propósitos para lo que fuera  creado el PLD y lo han dirigido por otro cauce desde el fallecimiento del Profesor Juan Bosch.  Actualmente, en su interior se vislumbran dos facciones que se disputan el control del Partido y en definitiva se quedará con dicho control el que tenga mayoría en el gran y flamante Comité Político, el que goza del poder y con los recursos del Estado.
Ya observamos el funesto desenlace del PRD, una injustificada división en dos facciones que luego, quien se quedó con las siglas permaneció legalizado y la otra facción tuvo que proceder a llenar los requerimientos para convertirse en Partido Político, el PRM, el cual fue reconocido y legalizado por la Junta Central Electoral.
El PRSC que volaba en el cielo del poder con un gran esplendor, lo que parecía externo e imperecedero, eso sí, gozaba de un fuerte apoyo popular en torno a la figura del Dr. Joaquín Balaguer, el cual poseía una gran tradición gubernamental heredada del trujillismo y ampliada en la coyuntura de la postguerra de Abril del 1965. A la desaparición de su Líder, el Dr. Joaquín Balaguer, el PRSC entro en crisis permanente, se debilitó, se disminuyó y se convirtió en partido bisagra pactando alianzas con otras fuerzas políticas mayoritarias y superiores. Actualmente el PRSC se encuentra sumergido en una crisis interna, dos grupos que se disputan el control del Partido, la cual amenaza con la división.
Los grupos de izquierda no tienen propuesta, ni siquiera se proponen unificarse. La izquierda, a pesar de gravitar en el escenario neoliberal no  ha tenido éxitos, aún menos, teniendo en cuenta que los avances en la  lucha contra la pobreza y la desigualdad se han dado en los marcos de una economía globalizada que, al contrario, estas cada vez más se incrementan de manera muy considerable manteniendo el deterioro de la calidad de vida de nuestra población.
Los grupos de izquierda tienen buenos líderes, estas agrupaciones si se preocupan por formarlos desde muy jóvenes, pero su problema es la división en muchas facciones, al final no quedan ni uno ni otro.
¿En qué consiste la crisis actual de las izquierdas dominicanas? Hay síntomas comunes y rasgos particulares a cada grupo o partido. Entre ellos están la incapacidad de contrarrestar el poder de los burócratas corruptos encabezado por el Comité Político del PLD, la dominación del bloque tradicional oligárquico, los monopolios desleales de los medios de comunicación. Aunque se haya avanzado en la lucha por aprobar  leyes y medidas concretas para quebrar el poderoso muro de contención del bloque de derecha. En cada una de las susodicha crisis enfrentadas por los grupos, el rol protagónico ha sido de los medios de comunicación privados, actuando de forma de complicidad y avasalladora en contra de los movimientos de protestas y reclamos de las masas populares, que han contado con  éxitos en algunas conquistas, una amplia participación y apoyo popular. Tal como; el 5% para la Educación, La Marcha Verde y otras.
Mientras las diferentes vertientes de la izquierda, por distintas razones, no han logrado construir alternativas a los fracasos de los gobiernos neoliberales y corruptos, de las cuales el caso del actual gobierno del PLD y los anteriores del PRSC y del PRD, son los más evidentes hasta el momento, mostrando incapacidad, hasta ahora, para aplicar políticas públicas a favor de la población.
En conclusión. Como podemos observar, nuestra clase política es mediocre y trasnochada. Si los partidos se preocuparan un poco más por reestructurarse, reorganizarse, adoptar una adecuada corriente doctrinaria como fuente programática para generar una efectiva línea de pensamiento ideológico que reproduzca la problemática social que motorice la vinculación con la población, que cada partido vaya a las elecciones con sus partidarios, aun con las alianzas, tendríamos una verdadera democracia. Mientras sigan las mezquinas componendas, las canalladas politiqueras y las ambiciones personales seguiremos en lo mismo.
Por lo tanto, exhorto a los partidos a que se relancen, que se adecuen a la situación del momento histórico, las cúpulas vayan trabajando desde ya para recibir a nuevos militantes y no esperar se acerque el proceso electoral para apresurar un padrón electoral a la carrera para amañarlo y manipularlo a sus intereses. Además de superar todos los problemas planteados anteriormente, se deben construir plataformas para sustentar las genuinas representaciones populares y originar un verdadero proceso democrático de formación de la opinión pública, dar la batalla de las ideas, cuestión central en la construcción de una nueva alternativa en nuestra sociedad y en el ámbito de nuestra población dominicana.
Hay que construir un proyecto político estratégico para nuestro País, no solo de superación del modelo socioeconómico basado en el robo, la corrupción y del poder del dinero sobre los seres humanos, sino de la construcción de una sociedad más justa, equitativa, solidaria con el desarrollo humano, participativa, emancipada de todas las formas de explotación, dominación y alienación.

El Autor es Politólogo y Periodista.

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