El PRD, Fatalismo y Anarquía en su historia. A quién ha beneficiado?
Por Lorenzo Bencosme
A 71 años de existencia, el Partido Revolucionario Dominicana ya arrancó con su primer Congreso global para abordar su problemática y buscar salidas y corregir las fallas y debilidades que han causado las derrotas en las últimas elecciones.
Evidentemente, El PRD, el Partido del Pueblo, necesita levantarse como la gran maquinaria organizativa, con su conjunto de organismos de dirección, de bases y con los Frentes de masas. Luego formular y proponer un amplio programa de contenido socioeconómico, político y cultural, que haga posible establecer alianzas políticas con los partidos coincidentes y a su vez una gran alianza social con las demás organizaciones de la Sociedad Civil y las Iglesias.
En ese mismo sentido, debe de Contener una fuente de enfoque doctrinaria, como sostén ideológico que reproduzca, mediante una interpretación crítica del proceso histórico, los conocimientos de las leyes generales y fundamentales del desarrollo social, adaptándolos a la realidad objetiva de la Sociedad y motivando en la conciencia del pueblo, la creación de las condiciones subjetivas, redefiniendo el concepto de la Necesidad histórica del Cambio Social, proyectando una contundente declaración de principios y además, una agenda de propuestas concretas que recoja los reclamos de la población a sus reivindicaciones.
Desde luego, en el pasado esta maquinaria era una fuerza monolítica conducida por un liderazgo excepcional, aglutinante y de extraordinaria dimensión. En la actualidad, ese Liderazgo debe surgir y afirmarse en la unidad de su diversidad de intereses internos, para conducir el PRD al poder y desde esa Cumbre, producir las transformaciones que demanda la Sociedad Dominicana.
Cuando se tiene conciencia de la Necesidad Social, la conformación y vigencia del Partido político en una Nación como la República Dominicana, lo vinculamos a una concepción política del mundo y de la vida, integrada en la lógica de un sistema político a partir del interés común de la mayoría de la población representada por su Partido, lo cual persiguen la conquista del poder político del Estado para ejecutar políticas públicas que solucionen los graves problemas que fastidian al País.
Partiendo de una concepción de Partido, voy a indagar sobre la relación que guardan el Fatalismo y la Anarquía grupal dentro del Partido Revolucionario Dominicano. No es que estoy opuesto que a lo interior del Partido existan corrientes que presenten propuestas en la búsqueda de dar soluciones a los problemas que afligen a nuestra población. En el Congreso, Dr. José Francisco Peña Gómez, se debe rechazar y por demás, plantearse el combate sin tregua al antagonismo grupal, porque ha sido dañino para la buena salud del más grande Partido de la República Dominicana.
Pero bien, los temas planteados en el título, tal vez puedan excederse por su extensión y amplitud, las posibilidades de abordarlos será con la máxima brevedad y con el límite que se me impone. Intentaré realizar un flexible acercamiento lo más profundo posible a sus aspectos esenciales, exponiendo en cuanto ello sea posible, los diversos enfoques o aportes que al respecto de los mismos se consideren útiles, a los fines que debe perseguir el Partido Revolucionario Dominicano.
El propósito fundamental de esta reflexión, es analizar las necesidades partidarias y su relación con el desarrollo político de nuestros cuadros dirigentes y militantes, lidiando con las necesidades de las masas populares, pero teniendo en cuenta, que no es posible desvincular esa problemática de la lógica del sistema de mercado, en el cual ha tenido incidencia crucial la teoría del crecimiento y el desarrollo sustentable, cuyo promotor principal es el Estado y su secuela de acumulación, mediante el flagelo de la corrupción, dado que, en el mismo, a la hora de la toma de decisiones, lo que prima es la Estabilidad Macroeconómica y la consideración de las ganancias, en el marco de dicho sistema de economía de mercado, en función del cual, las “necesidades humanas” se crean soportando un modelo de consumo exorbitante, que limita la capacidad adquisitiva de la población y deteriora su calidad de vida, condenando a la miseria a millones de seres humanos, al comprometer hasta el borde del agotamiento, las posibilidades que la Madre Naturaleza nos brinda, en consideración a la acción que el ser humano ejerce sobre sus riquezas, para la subsistencia equilibrada de las actuales y futuras generaciones en el proceso del desarrollo de sus sociedades.
La Política como Ciencia es una disciplina cuyo objetivo es el estudio sistemático del Estado y el gobierno en su sentido más amplio. Sus análisis abarcan el origen y tipología de los regímenes políticos, sus estructuras, funciones e instituciones, el origen y evolución del pensamiento político, las formas en que los gobiernos identifican y resuelven problemas políticos, jurídicos, socioeconómicos, y las interacciones entre grupos e individuos decisivos en el establecimiento, mantenimiento y cambio de los sistemas políticos, regímenes y gobiernos.
Por tanto, abordaré la problemática del PRD a partir de estas justas herramientas teóricas. En ese sentido, he tomado las dos categorías antes mencionadas que se pueden identificar dentro del Partido, desde luego conociendo su historia. Fatalismo y Anarquía.
Fatalismo. La palabra “fatalidad” suele emplearse de una manera vaga en el lenguaje coloquial. Esto vale no solamente para el uso de la jerga popular y cotidiana, sino que vale también en el área intelectual, literaria y de las definiciones filosóficas que aparecen en los diccionarios de filosofía y sociología de la religión.
Basado en nuestra consideración lexicográfica, presentaré una definición para el mejor entendimiento de nuestra reflexión, lo cual, estoy, en la mejor intención, tratando de adaptarla a la realidad actual del PRD, sin obviar ni confundir su glorioso pasado del cual, orgullosamente, formé parte activa y militante bajo la dirección del inolvidable Compañero y gran Amigo, Winston Arnaud y el Liderazgo histórico del Dr. José Fco. Peña Gómez.
“Mentalidad fatalista se basa en la convicción. La persona tiene limitaciones y pocas posibilidades de influir en el curso de su propia vida y de su entorno, en ello se produce una multiplicidad de estados anímicos: resignación, pesimismo, sátira y sarcasmo, apatía y pasividad, complejos de inferioridad, sensación de dependencia, aceptación del status quo”, mal humor, odio agresivo hacia lo que se considera contrario, amor extremo hacia un personaje o culto a la personalidad y la persona se acomoda a un ambiente de confusión letárgico. En ese contexto, se mezclan la cábala, el fetichismo y la superstición, aduciendo que las muertes prematuras o a destiempo que han ocurrido en la congregación perredeista se deben al Fatalismo que influye en la mentalidad colectiva, salvo excepciones. Dado que nuestro pueblo es, en su mayoría, creyente e influenciado por la superstición y como el PRD es el Partido del Pueblo por su historia, esas acciones se reflejan en sus entrañas.
En el PRD siempre se ha adolecido de actitudes sicológicas visibles y debilidades, especialmente, de formación política e ideológica, condiciones que los enemigos han aprovechados para avasallarnos, que a lo interno encuentra eco de aliados que sacan muy buenas ventajas, sin importarles la suerte de la inmensa mayoría del Partido. Una organización política que no prepara a sus cuadros dirigentes y a su militancia, es como un ejército desarmado. Un viejo zorro de la política dominicana le dijo, en una ocasión al Dr. Leonel Fernández, “si quieres gobernar por mucho tiempo la clave es mantener a los perredeistas peleándose, son muy dados a las discusiones triviales, excesivamente vulnerables y sensibles al enfado y al disgusto entre ellos mismos”.
En el PRD es una práctica constante y deplorable, de Compañeros/as, que hacen que las reuniones terminen en “anarquía”, que aborte un proceso convencional, que dos grupos no coincidan y se produzca agresiones en enfrentamientos con saldos lamentables y por último, provocan boicot a las reuniones para evitar un acuerdo mayoritario contrario al interés de una minoría.
Anarquismo. La palabra ‘anarquía’ (del griego an-archos, regido por nadie) es a menudo usada para definir caos social, desorden colectivo, ingobernabilidad o gobierno inconstitucional, desobediencia civil, conducta desordenada o dominación por rivalidad de pandillas organizadas, el crimen organizado al margen de la Ley y las “fuerzas incontrolables” que actúan bajo la sombra. Regularmente una minoría cuando desacata una resolución en un conglomerado tal como un partido político, desata una trifulca terminando en un desorden o en un virtual caos, usando el mal empleado término, significando, que cualquier evento se malogra y termina en una anarquía.
No comparto, ni me identifico con la doctrina anarquista, pero, para colocar el término correcto de anarquía, voy a definirla en un lenguaje rebuscado, pero de gran ayuda para los lectores que les encanta la expresión clara.
“El Anarquismo es una doctrina política que se opone a cualquier clase de jerarquía, tanto si se ha consolidado por la tradición o el consenso como si se ha impuesto de forma coactiva”.
Los anarquistas creen que el mayor logro de la humanidad es la libertad del individuo para poder expresarse y actuar sin que se lo impida ninguna forma de poder, sea terrenal o sobrenatural, por lo que es básico abatir todo tipo de gobierno, luchar contra toda religión o secta organizada, en cuanto que éstas representan la resignación dogmática al infundio de la fe, al avasallamiento de los Pueblos por gobiernos autoritarios, el desprecio por la autonomía de los hombres, la explotación y la esclavitud económica.
El Partido Revolucionario Dominicano tiene que superar y erradicar el Fatalismo y la Anarquía al interior para recuperar su imagen, retomar su mística, su identidad y su rol, esto es una condición indispensable para proveerle a la población garantía de sus intereses colectivos, seguridad ciudadana, recuperar los principios y valores tradicionales y adaptarlos a la realidad actual, reorientar el “perredeismo” a los nuevos tiempos y redefinir el sentido de vida de la Sociedad dominicana.
Por lo cual, en esta era de la globalización, la búsqueda y reafirmación de la Mística que otrora le inyectaba motivación al Partido, la reformulación de las ideas propias, desempolvar la base doctrinaria que es el Socialismo Democrático, la capacidad y voluntad de entendimiento a través del más sano, abierto y transparente diálogo entre Compañeros y con el resto de las entidades contrarias conformar el Norte de interés, tanto para el Centralismo democrático a lo interior del Partido, como para el sistema de Partidos que articulan el engranaje de la Democracia del País.
En nuestro “mapa mental” tenemos que reinventar la cultura de Unidad interna, esta se logra aceptando y respetando el orden jerárquico de la estructura orgánica del Partido, simplemente, superando el anarquismo cavernario del enfrentamiento grupal que genera la ruptura de la unidad y el debilitamiento de las Fuerzas que se aglutinan en el PRD. Si no observamos dicho ‘mapa mental’ seguiremos siendo presa de la más vulgar Fatalidad histórica y sujeto viable para que el enemigo logre provecho y se beneficie de esas cancerosas plagas que nos acosa.
Si el PRD se orienta en su vida cotidiana según este mapa el enemigo que apuesta a nuestra división no “seguirá subido en el palo”. Mi recomendación a los Pre-Candidatos y los Miembros de sus Equipos, que deben pensar en manejar las contiendas internas con el mayor respeto y compañerismo, acatando los resultados de las Convenciones, el que ganó, ganó y el que perdió, perdió y este último debe de inmediato con todo su derecho y deber integrarse apoyar al ganador que es justamente el Partido Revolucionario Dominicano.
Auguro éxito al recién celebrado Congreso “Dr. José Francisco Peña Gómez. Con la esperanza que del mismo se levante triunfante la bandera blanca del perredeismo y broten de los aires la mancomuna de la Unidad del PRD.
El Autor es Politólogo y Periodista. New York. Octubre 7 del 2010
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